Como si estuviera en la redacción del diario trabajando, podría copiar y pegar el comentario del partido anterior. Otra vez un equipo que no mostró una gran superioridad se llevó la victoria ante el Auf Wiedersehen. Nuevamente, habiendo llegado poco, el rival se encuentra en ventaja. Y a partir de allí las cosas se le complican a los vestidos de azul.
En esta ocasión se hicieron un par de prubas que no tuvieron un resultado exitoso. Luis Lasaga, en su etapa de sequía, había deslizado la posibilidad de ir al arco. Y tuvo su chance. En la defensa, la ausencia de Lucas Gómez Lacoste dejó un hueco difícil de llenar. Por el casillero del 6, pasaron Martín Zangirolami y Ezequiel Avillaneda. Además, para el segundo tiempo, hubo un cambio de arquero. Esas fueron las principales modificaciones, pero, al igual que el fin de semana anterior, el orden duró poco. Así, con algunos pelotazos a los lungos que jugaban arriba, el Weimar complicó. Cada tiro de esquina fue un parto para los petizos del AW.
Pero también hubo posibilidades sobre el arco defendido por el muñeco de amarillo. Ignacio D'Aquila Urtubey y Guillermo Sánchez tuvieron las posibilidades más claras. Allí también radicó una de las diferencias claves para el resultado final: el arquero. Mientras que nadie del Auf Wiedersehen logra evitar que las pelotas que van hacia el arco toquen la red, los de enfrente ponen bajo los tres palos gente que tiene manos adentro de los guantes. Pero más allá del resultado, se va viendo la intención de tocar y de jugar. Por momentos se logró. El objetivo será entonces tratar de sostenerlo por más tiempo.
Luis Lasaga: Se calzó los guantes y, con mucho reflejo, sacó por arriba del travesaño un violento remate de cabeza. El tiro libre que abrió el marcador cumplió con la condición básica de ir al arco. En el segundo gol, la mantequeada no hubiera sido tan alevosa si no fuera porque el delantero comentó apenas le pegó a la pelota: “Uh. ¡Que masita que tiré!”. En el segundo tiempo fue delantero y como extrañaba la amarilla, esa que no veía desde la 10ª fecha, le fue con todo a un defensor.
Juan Ignacio Gori: Se la dio siempre a un compañero y no tuvo grandes complicaciones en la marca. En el segundo tiempo fue al arco y cortó un centro bajo que insinuaba peligro. Después se puteó con el arquero de la cancha de atrás porque no le devolvían rápido la pelota.
Francisco Ingleson: Jugó un ta-te-ti con Avillaneda para ver quien sobraba. Controló bien al gordito con cordones en la rodilla y corrió bastante. Sobre todo al final del partido cuando Avi estaba muerto.
Martín Zangirolami: Antes de empezar el partido, elogió a Alejo porque la tenía larga y le dijo que así le quedaba mejor. Cuando empezó a jugar, estuvo sólo un rato en la zaga y después pasó de tres. Ganó y perdió en la marca y acertó y erró en la entrega. Ah, cuando estaba firmando la planilla hablaba de la barba de Alejo.
Ezequiel Avillaneda: Poco tiempo de tres, cambió con Peto y fue de 6. Le cobraron la ¿falta? de la que vino el tiro libre del primer gol. En el segundo tanto no alcanzó al delantero. Falto de ritmo y de ubicación, en el segundo tiempo empezó a hablarle a sus compañeros para que por lo menos ellos se acomodaran mejor.
Santiago Saulle: En el calentamiento se puso a hablar por telefono cual crack de la selección italiana (comentario emitido por Alejo). En la cancha siempre se mostró y se ofreció como salida para ayudarlo a Gori. Cuando Nacho y Juanma fueron por su sector hicieron un par de combinaciones interesantes. En el segundo tiempo se cayó un poco.
Alejandro D'Aquila Urtubey: Se erigió como patrón del medio. Aunque, como siempre, estuvo algo sólo. Varios quites, mucho sacrificio y unos cuantos pases a los compañeros. Más allá del tiro libre con poca potencia, redondeó una buena actuación después de 27 días sin pisar las canchas.
Ernesto Rodríguez: Siempre bien ubicado, colaboró mucho en defensa. Tuvo un recorrido interesante por su banda. En ataque no fue tan efetivo y no terminó bien un par de desbordes. Cada vez mejor fisicamente.
Ignacio D'Aquila Urtubey: Se perdió el mano a mano que podía ser el empate y tiró un par de centros interesantes. Bien cuando se movió hacia las bandas y trató de concetar juego con los volantes.
Juan Manuel Abud: Corrió mucho. Apareció un par de veces por la mitad de la cancha para recuperar la pelota. En ofensiva fue pura voluntad, pero no tuvo chances concretas frente al arco. Trató de concetarse con sus compañeros a través de pases, cosa que antes casi no hacía. Bien.
Guillermo Sánchez: Por primera vez fue titular. La más clara fue un cabezazo a quemarropa que el arquero sacó de manera impresionante. Después tiró la frase del partido. Al intentar justificar ante el arbitro un empujón que cometió, le explicó: “Hago como Riquelme, que usa las manos”. Excepcional.
Felipe Torres: Cayó con una gorra que lo hacía ver como Godinez, el del chavo, pero se olvidó la camiseta. Avillaneda le estuvo rompiendo las bolas todo el tiempo que estuvo en cancha. Torres le hizo caso y marcó bien varias veces. Cuando la tuvo, la revoleó.
Nicolás Pángaro: Unas gafas terribles y la camperita de siempre. Entró un rato al final y se animó en un par de avances. Con Fran, controlaron bien el sector.
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