El resumen del 2012 da cuenta de varias bajas por lesiones. Tres piezas claves del equipo se perdieron gran parte de los dos tornero del año. Dib, Rodríguez y Avillaneda resultaban elementos importantes, un poco por rendimiento, pero mucho por compromiso y colaboración por el Auf Wiedersehen. Pero las rodillas y tobillos les jugaron una mala pasada y no les permitieron jugar. Sin embargo hubo un par de muchachos que por cuestiones personales decidieron dejar de vestir la camiseta azul. Se trata de Juan Ignacio Gori y Juan Manuel Abud.
No se podría precisar si estos pibes son dignos de que el cronista oficial se pierda una siesta para dedicarles unas lìneas. Pero hubo un antecedente que inclinó la balanza hacia el sí. Tiempo atrás se le escribió una nota al rústico de Lucas Gómez Lacoste. El rubiecito defensor decidió que los sábados prefería ir a extraerle sangre con jeringas a la gente en lugar de extraerle sangre con los botines a los jugadores rivales. Entonces surgió la duda: ¿nos íbamos a olvidar de estos dos muñecos que arrancaron jugando cuando el plantel todavía usaba pecheras? No, claro que no. Menos que menos cuando uno tiene que publicar en el blog que fue creado por uno de ellos.
Concentración. Gori calentando antes de un partido. Un ejemplo.
Y ya que fue nombrado, se puede comenzar con Gorishnikov. Con su ida, el equipo no perdió tanta marca en el lateral derecho como sí decayó en la facha. No hay registros de que haya traido una remera que no combinara con el pantalón y las medias. Eso sí: jamás compró botines y su paso por el equipo será recordado por su facilidad para garronear calzado ajeno. Traido por Aleja en un paquete que incluyó a varios juveniles del Stella Maris, el pibe que cree que vive en Adrogué encotró rápidamente su puesto. Se dedicó casi siempre a marcar la punta derecha. Tuvo un par de intervenciones por la otra punta y también fue al arco. Pero mejor no recordar esas actuaciones… El que en realidad vive en la localidad de Malvinas Argentinas marcó dos goles. Uno fue en el Apertura 2011, el primer campeonato del equipo. Aunque todavía se discute si le pegó al arco o tiró el centro. En una encuesta interna, el 99% opinó que fue un despeje y el 1% (o sea él) se inclinó por que fue un centro. Su otro encuentro con la red se dio en la 12ª fecha del torneo siguiente. Pero como este cronista no estuvo en ese partido, no se puede agregar mucho más. Esas fueron sus conquistas (las de adentro de la cancha, las otras no sé, aunque se creó un mito en torno a los movimientos de sus caderas) en los 30 partidos que jugó. Además habría recibido 2 amarilla y 1 roja. Hablando de tarjetas, un dato que casi queda en el olvido. Así como las piedras de sal absorben la humedad, Gori canalizaba la energía de Lasaga mediante insultos mutuos antes de los partidos. Esto hacia reír a sus compañeros, pero también permitió que Luis tuviera un promedio de 1 tarjeta cada 3 partidos (0,32). En el Clausura 2012, en el que Gori no estuvo, el de los ojitos azules recibió casi una tarjeta por partido (0,75). Increíble.
Pose. La prueba de que a Abud no se le mueve un pelo. Atrás, El Cabo, otro ex.

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