Sin todavía mostrar todavía su mejor versión, Auf Wiedersehen volvió a la victoria, marcó tres goles por primera vez en el certamen y va subiendo en la tabla de posiciones.
Si bien no fue amplio dominador del encuentro, la victoria fue merecida. El gol tempranero de César Dib calmó las cosas de entrada. De esa manera, Lucas Gómez Lacoste pudo pegarle tranquilamente a todo lo que pasaba adentro del área. Los laterales tampoco se complicaron. Martín Zangirolami se fue superando a medida que iban pasando los minutos: cada vez la reventaba más alto. Juan Gori también mantuvo cerrada su banda y robó de manera fachera un par de pelotas. Francisco Ingleson se va acoplando de a poco y, con los consecjos de Fabián Alva, ya comenzará a dejar moretones en las canillas rivales.
Uno de los puntos bajos del equipo es la pelota parada. Ya desde el arco propio se nota esta falencia, con los saques de meta de Ezequiel Avillaneda que no pasan la mitad de cancha cuando hay viento en contra ni cuando tenemos un huracán que sople a favor nuestro. En los tiros libres también se complica. Y entre Ignacio D'Aquila Urtubey y César Dib compiten para ver a que contrario de la barrera le pegan. Los volantes por afuera estuvieron intermitentes. Alejandro D'Aquila Urtubey, a quien solamente le falta jugar de arquero, alternó buenas y malas. Igual que Santiago Saulle, que, atento, aprovechó uno de los momentos en los que tuvo aire, y metió su primer gol con la camiseta de Auf Wiedersehen. Aunque un poco desordenado, Juan Manuel Abud se destacó relevando a sus compañeros. Ayudó a Peto a marcar por la izquierda, cubrió a Gori cuando se proyectó por la derecha, despertó a Felipe Torres que estaba quebrando en el banco y le avisó a la planillera que se había olvidado de anotar una tarjeta. Todo, antes de robar una pelota en el medio. Y Luis Lasaga se perderá el próximo partido por acumulación de tarjetas. Otra vez en la cancha, además de las corridas endiabladas, mostró su inefable capacidad para lograr que los jugadores rivales quieran recagarlo a trompadas. Por su parte, César Dib no sólo dejó desparramado al arquero en su segundo gol. Hizo lo propio con un mediocampista rival y encima zafó de que le anotaran la amarilla.
Otro hecho destacable fue el estreno de las camisetas. Todavía desacostumbrados a los nuevos colores, resulta complicado reconocer a los compañeros y por eso casi no se pasa la pelota, pero a medida que el azul resulte más familiar, se ira mejorando.
jajaja geniooo
ResponderEliminar