domingo, 17 de julio de 2011

Comentario vs Berlin

El Auf Wiedersehen terminó el torneo con la frente bien alta. Cortó la racha de dos derrotas consecutivas y dejó recontra calientes a los jugadores de Berlin, que si ganaban, jugaban la Promoción para ascender.
Sin encontrar el juego en el primer tiempo, con muy poca circulación y con Alejandro D'Aquila Urtubey excesivamente solo adelante, el AW se fue al descanso en desventaja. Pocos fueron los méritos para que el equipo homónimo a la capital alemana marcara. El colorado petizo llevaba algo de picante a las bandas y el once alto molestaba un poco con el físico. Pero nada más. La defensa azul estuvo mal parada y permitió que algunos pelotazos intrascendentes se volvieran peligrosos. Pero un par de buenas intervenciones de Luis dejaron el marcador solamente en 1.
El segundo tiempo fue otra cosa. Un poco mejor armado, Olvidensen fue mucho más que su rival. Empezó a hacer algunos bosquejos de pases y se adelantó más en el campo. Entonces Ernesto Rodríguez estuvo más cerca de Alejo, las subidas de Juan Manuel Abud fueron más punzantes y la entrada de Guillermo Sánchez hizo preocupar un poco más a la defensa de Berlin. En una combinación con Tito, el hermano de Nacho hizo un quiebre de cintura que dejó estaquiado al defensor y definió de cachetada al primer palo. Buen gol por la definición y porque la jugada arrancó desde el arco propio y no la tocó ningún rival. Genial. Después, con un penal que no le cobraron al Aufwi y con una falta en contra que le inventaron, el árbitro demostró que se cagó ante los hinchapelotas del otro equipo. Pero más allá de lo que lloraron, el empate los dejó en el cuarto puesto. El AW no se dejó llevar por delante. Gran indicio para lo que viene.

Luis Lasaga: Rápido de reflejos para sacar un disparo a quemarropa, buen cálculo para cortar un centro con los puños y concentración para no dar rebote en un par de tiros desde lejos. Gran actuación. Igual se quedó algo caliente porque en el gol tocó la pelota pero no la pudo controlar. Bien con los pies también. Le pega más fuerte que Avillaneda y sirve para sacar el equipo.

Juan Ignacio Gori: Los huevos de siempre y la capacidad cada día más aceitada de resolver de buena manera las cagadas que se manda. Hace reir hasta cuando juega. Como en el lateral en el que inexplicablemente se agachó para lanzar el balón.

Francisco Ingleson: Con Lucas al lado mejora su rendimiento. Bien acomodado abajo, se complementó bien con Gori y sólo lo complicaron una vez en el primer tiempo. En el segundo tiempo estuvo más firme y casi no nos llegaron.

Lucas Gómez Lacoste: Como un asesino profesional, va, realiza su trabajo y vuelve. Siempre inmutable. Le pegó una patada criminal al impresentable de botines lila y volvió tranquilo, como si nada, mientras el rival, tirado en el suelo, se fijaba si todavía tenía tibia. Al parecer, esa sería la clave por la que, después de pegar tantas patadas, terminó el campeonato sin amarillas.

Ezequiel Avillaneda: Se comió dos caños en el primer tiempo. Tras el segundo tunel que recibió, llegó el gol rival. En el segundo tiempo pasó de cinco y como no tenía aire para correr, empezó a hablar. Así, le rompió las bolas a los defensores, lo volvió loco a Tito y relevó a Juanma para que se vaya. Trató de pasarsela a los compañeros. No lo consiguió muchas veces.

Santiago Saulle: Ni el auto, que no le arrancó, le impidió completar el podio de presencias perfectas en el torneo. Piquín lo pasó a buscar y llegó a tiempo. Estuvo en el momento de mayor desorden del equipo y se le complicó acomodarse. No le llegó clara la pelota.

Juan Manuel Abud: Incómodo en el primer tiempo, estuvo poco tiempo en contacto con la pelota y muy presionado. En el segundo, con Avillaneda cubriéndole la espalda, se soltó más y llegó al fondo un par de veces. Le dio mejor final a sus clásicas apiladas.

Martín Zangirolami: Puso la cuota de choque y sacrificio en el medio. Se re calentó con el 11 porque le pegó. Inteligente, no entró en el juego. Fue al piso varias veces y se llevó una frutilla importante en el muslo.

Ernesto Rodríguez: Obligado por las circunstancias, se ocupó más de defender que de atacar en el primer tiempo. En el segundo se liberó un poco más. Cerró el torneo con una gran imagen: recibió, enganchó y habilitó a Alejo para el gol del empate.

Ignacio D'Aquila: Tuvo que retrasarse mucho para conectarse con la pelota. Buena visión para rearmar el equipo. Un par de pases buenos con la pelota en movimiento. Con pelota parada le pifió a la cancha en algunas ocasiones.

Alejandro D'Aquila Urtubey: Su hermano le dijo que iba a hacer un gol y cumplió. Con un movimiento a lo Kun Agüero, dejó desairado al defensa y definió de cachetada. Todo eso después de estar un minuto sin respirar en el primer tiempo por un topetazo de un rival. Esa fue la bisagra para empezar a ir más fuerte a recibir la pelota, porque al principio lo vapulearon bastante.

Nicolás Pángaro: Duro de pasar. Lucas lo acomodó bien y no lo pasaron por su sector. Se animó un par de veces y fue a buscar el cabezazo. Igual, la nota la dio a la noche. Con unos chupines a cuadrillé y -se comenta- unas medias dentro de los boxers fue la sensación de la fiesta. Capitán Cula lo rebautizó como un defensor holandés: von Bultensen.

Guillermo Sánchez: Tuvo una clara para dar vuelta el resultado, pero su remate (tras una gran jugada de Juanma) fue tapado con la mano por un defensor. Después volvió a tener una jugada polémica con otro rival, que lo acusó de haberlo golpeado. Está metido en todos los bolonquis.

Felipe Torres: Esta vez trajo la camiseta, pero cuando tenía que entrar, se había sacado los botines. Lo positivo es que vendió el Renault 11 (histórico vehículo de la banda) y se quedó con el Megane del viejo, al cual caga a palos en cada arranque.

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