viernes, 4 de octubre de 2013

Cayó ante el Wolfburgo por 4 a 3

El Auf Wiedersehen entró dormido y lo pagó con una derrota en un partidazo

Es muy difícil hacer una crónica luego de un partido como el del sábado que pasó.  Es difícil transformar en palabras tanta intensidad, tanto cambio de climas y, en definitiva, tanto fútbol.
El Auf Wiedersehen protagonizó uno de los mejores partidos en la historia de su institución.  Y a pesar del resultado (si bien el marcador refleja una cercanía, la proximidad no existió durante el partido, sólo fueron tres minutos), se vio un equipo que tiene armas para ilusionarse una vez que se deshaga de viejos vicios.
¿De qué hablamos con viejos vicios? De arrancar un partido en un nivel muy por debajo de lo que después muestra (cosa que no se entiende ya que se mejoró en el horario de llegada e incluso hay entrada en calor) y de regalar uno o dos goles por partido.  Porque el equipo cuando va perdiendo muestra otra cara que se divide en dos: empieza a jugar fútbol por abajo, a un toque y con prepotencia, y también empieza a poner duro y parejo.  Encontrar el equilibrio y hacerlo desde el minuto cero es una cuenta pendiente.
Se arrancó en los primeros minutos por debajo en el marcador.  Tiro libre cerca del área (cosa que se habló específicamente de evitar), barrera bien armada y arquero mal ubicado.  Miguel dio el paso detrás de la barrera y ya no pudo volver a su palo,  por donde la pelota entró con pique previo.  Después de la cagada a pedos en el partido anterior por parte del arquero, pareció una picardía comerse un gol así.  Pero la crítica se vio aplacada porque en las horas subsiguientes tanto el arquero de Independiente como el del rival del Manchester United se comieron un gol parecido.
El sopapo fue aún mayor cuando después de una salida fallida que agarró mal parada a toda la defensa, se la pasaron atrás a Ariel (que estaba por detrás de la línea del último hombre), que tardó en dominar y fue madrugado por un rival que le pegó lo suficientemente bien para encontrar mal parado a Migue y a cobrar.
A partir de ahí, el equipo entró al partido y generó la cantidad de situaciones a la que está acostumbrado, aunque también facturó como lo viene haciendo: en proporción, poco.  Tuvo cuatro muy claritas: un remate de media distancia de Mauro que el arquero atinó a sacar por arriba del travesaño.  De ese corner, una pelota que sobra al segundo palo y sorprende a Alejo, que intenta ubicarla en el segundo palo no dándose cuenta que estaba ya pasado y la tiró afuera.  Un mano a mano que Edu tardó una eternidad en definir luego de un pase marca registrada de CC.  Y una jugada colectiva que terminó en un muy buen desborde de Edu que Diego no pudo definir solo y en el área chica.
Resultado al final del primer tiempo: 0-2.  Pero en seguida comenzado el segundo tiempo, otro golpe: pelota al área, previa advertencia del réferi de no tomarse en el área, aparente agarrón desubicado de Gabi, penal en contra.  Migue estuvo muy cerca de sacarlo,  pero no lo consiguió. 
Tres goles abajo. ¿Partido terminado? No.  El adn del Olvídensen no lo permite.  Entonces siguió apretando y en una jugada de pelota parada –cuándo no-, centro de Mauro y Alejo cruza todo el área para terminar cabeceando casi de espaldas al arco.  Gol y situación bizarra del año: mientras el rival, ganando cómodo, esperaba para sacar, medio equipo Aufi estaba discutiendo con el réferi para que le otorgara el gol al defensor/goleador (se lo habia dado al rival en contra)
El partido pareció hacer un click ahí.  Los de la cruz en el pecho se dieron cuenta que podían y el rival empezó a mostrar flaquezas groseras atrás. Lo tuvo el mejor delantero de ellos en una jugada que terminó dando en el poste (a decir verdad, los dos delanteros de ellos eran muy buenos, rápidos para decidir y definir).  Después lo tuvo Lichi, en una pelota que venía viboreando y no pudo definir cerquita del arco.
El partido no estaba dado para los de azul y se vio en esa seguidilla de jugadas: primero pierde ese gol casi imposible y en la jugada siguiente sale un pelotazo, la van a buscar dos rivales –uno en off side de cinco metros- y entre la salida fallida de Migue y el cierre apurado de Juanma, terminó en gol.  Fue en contra de Juanma, que después de hacer varios cierres exitosísimos, en esta no tuvo suerte.
¿Ahora sí, partido definido? Todavía faltaban más emociones.  Porque dos patadas a Lichi hicieron echar a uno de los torpes rivales.  Y con uno más se siguió empujando. Y en una buena jugada, el mismo Lichi (que siempre parece tener un tiempo más) en lugar de definir de zurda sacó un centro hermoso para que defina Alejo que estaba esperando para definir: primero falló de cabeza, pero después no perdonó con su patada corta (en los controles del sega, pateó con el “c” en lugar de con el “z”)
Con el partido 2-4, no quedaba mucho tiempo.  Pero de tanto ir a la carga, lo dirigidos por CC encontraron una más.  Centro cruzado al área, Edu se comió una patada en la cara, el cuello y el pecho (así, tal cual) que fue sancionada con penal.  En el revoleo –cuándo no- Gabi fue expulsado.  El propio 9, luego de sacudirse el mareo, definió fuerte y puso el 3-4.
No había demasiado tiempo para más.  Ya se habían consumido los segundos y ni una última pelota llegó al área.
Gran partido para rescatar cosas y seguir mejorando.

Migue (3,5): los dos primeros goles (mucho más el primero) signan un poco su actuación.  En el tercero atoró como pudo (quizás se apuró un poco) y el penal estuvo muy cerca de sacarlo.  Y no tuvo mucha más chance de reivindicación.

Ariel (5): viene jugando muy bien, y este partido también lo hizo, pero su puntaje se ve perjudicado por ese gol entregado tan pronto en el partido.

Alejo (7,5): de su desempeño en ataque no se puede decir mucho,  pues los número hablan por sí solos: es goleador del equipo con cinco goles en seis partidos.  Una cifra impresionante para un delantero, más aún para un defensor.  Pero como defensor que es y más siendo el último hombre, no puede descuidar sus tareas básicas.  El segundo gol encuentra al marcador de punta por detrás de su línea.  Y en más de una ocasión Juanma tuvo que cerrar a sus espaldas (como la situación del gol).  El primer gol es un golazo, sin miramientos.

Juanma (7): Jugó un partido excepcional, más teniendo en cuenta su condición física (arrancó con una molestia en el tobillo que con el correr del partido se transformó en hematoma y en la imposibilidad casi de pisar). A pesar de amagar con salir un par de veces, aguantó todo el partido y fue el sostén de la defensa.  La jugada del gol en contra tenía más chances de ser gol que de no serlo, su cierre sólo lo pospuso un poco.

Gabi (6,5): una vez más mostró su sacrificio por el equipo.  Arrancó jugando ¡de tres! y en buena forma.  Lástima el muerto que le tira a Ariel, que terminó en el segundo gol.  Pero marcó muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que por su punta que él y Nacho tuvieron que soportar en el primer tiempo los ataques más fuertes del equipo rival.  En segundo tiempo le tocó pasar por varios puestos de la mitad de la cancha, encontrando de cinco –su viejo amor- una versión muy potenciada: pases de primera, actitud de ataque y de marca.  Muy buen partido.

Martín (3,5): flojo partido.  Nunca encontró el ritmo, no pudo ni recuperar ni dar bien la pelota cuando lo tuvo.  Eso lo desanimó y ya no se pudo reponer.

Lichi (6,5): asistencia y recepción de patadas fueron su mayor aporte.  Pone en todas y deja todo lo que tiene.  De todas maneras, el doble cinco no parece la posición ideal para él.

Mauro (5): Todavía no encuentra su mejor forma.  No logra desprenderse rápido de la pelota, por lo que traslada mucho, a veces con buen resultado y a veces con malo.  El equipo encuentra en su remate en movimiento y en pelota parada un remanso y una posibilidad cierta de gol.

Nacho (6): de a poco vuelve al nivel que el equipo necesita.  Jugando por la izquierda, manejó bien la marca (se entendió bien con Gabi), dio buenos pases (uno excelente que dejó a Edu solo y no pudo facturar) y generó mediante sus ya consabidas maniobras “rolfianas” tiro libres a favor.  Pero todavía le falta despliegue para jugar en esa posición.  Se resintió cuando tuvo que correr al más veloz delantero rival, jugada que terminó con un empujón salvador y algo gracioso.

Diego (4): no viene teniendo buenos rendimientos.  Le cuesta asociarse y no entra en circuito. Más aún, tuvo la posibilidad cierta del gol en sus pies y lo erró increíblemente.

Edu (5,5): no está en su mejor nivel pero siempre obliga, dio una buena asistencia que Diego no pudo capitalizar y generó la jugada del penal que él mismo convirtió.

Tito (5): esta vez no pudo ser desequilibrante como en el partido anterior.  Pero su tenacidad pone una sana tensión que lleva el equipo para adelante.

Fede (5): de a poco va ganando ritmo y sumándose al equipo.  Pero todavía le falta.


Luis (4,5): otro que le falta ritmo.  No pudo hacer una diferencia.

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