lunes, 14 de octubre de 2013

Primera vez que le gana al Saarbrucken: fue 3 a 0

Buena producción y goleada del AW para volver a la victoria tras dos partidos

En un capítulo de una de las últimas buenas temporadas de Los Simpsons, Bob Patiño utilizaba la técnica de la hipnosis para llevar a que Bart matara a Krusty. Aquí en Ministro Rivadavia, el Capitán Cula no les muestra a sus jugadores relojes con movimientos de péndulo o espirales que al hacerlos girar te marean. Pero de tanto repetirlos, hay conceptos que parecen haber traspasado la primera capa de cuero cabelludo y algo de eso se vio en la victoria por 3 a 0 ante el Saarbrucken.
Lo que más complicado parecía era entrar concentrados desde el primer minuto. Ante un rival que manejó bien la pelota, que presionó y que cada tanto mandó pelotazos complicados a espaldas de los laterales, el conjunto de blanco y azul se mantuvo firme. Más que nada aguantó en esos primeros 40 minutos. El mediocampo de ellos combinaba bien y cada tanto se sumaba alguno de los de abajo. El AW trató de mantenerse ordenado y en ofensiva la alternativa más buscada fue el pelotazo a Edu. Pero el 9 siempre estuvo poco acompañado y fue absorbido por lo defensores. Por la izquierda, Nacho y Luis eran lo más preocupante para el Saarbrucken, aunque no terminaban de definir.
La paciencia y el orden mostrado en el PT tuvieron premio en el ST. Los contrincantes bajaron el ritmo notoriamente y al conjunto dirigido por el muchacho que toca dos teclados al mismo tiempo se le abrieron más los espacios. Así los cruzados tuvieron una circulación de pelota que casi no se había visto en el comienzo del encuentro. A partir de ahí se empezó a lucir Luis y comenzó a embocarla Edu. Precisamente tras un pase de Lasaga fue que Edu abrió el marcador. El segundo, tras un despeje de Avillaneda, Blanch tomó el rebote y facturó. Y en el tercero, luego de una buena jugada, le llegó a Martín para que definiera suave y rompiera con la hegemonía goleadora de Eduardo y Alejo.
Los principales aspectos para destacar fueron la contundencia, la valla invicta y hasta el toqueteo que por momentos pudo mostrar el equipo. Un partido redondo y ante un rival que no se entiendo como está tan abajo. Como tampoco tiene lógica que el rival al que enfrentamos la semana pasada haya vuelto a ganar. En fin, son las cosas del fútbol. Lo cierto es que por primera vez se le ganó al Saarbrucke. La próxima fecha habrá un desafío parecido, ya que nos hemos comido dos goleadas en los últimos enfrentamientos ante el Tolosa. Buena medida para ver la evolución del equipo y si el efecto de la influencia de CC dura más de una fecha.

Miguel Fernández (5,5): Tuvo un poco más de trabajo que la semana pasada. Otra vez mantuvo la valla invicta. Lo más importante fue un centro que sacó de cachetada y otro remate desde lejos que parecía que se metía, pero sacó sin problemas. Le hizo subir la presión a Edu en una que se salió jugando lejos, pero resolvió bien.

Gabriel Spina (6): Buen trabajo. Lo complicaron con muchos pelotazos buscando el hueco a su espalda pero en general ganó. La pidió y no se la dieron muy bien, así que no pudo sumarse mucho al ataque. Bien de arriba y correcto en la entrega.

Francisco Ingleson (7): ¿Fue la clave para volver a la victoria? Según él, sí. Volvió a la cancha tras dos partidos (una derrota y un empate) y el AW se llevó los tres puntos. No pegó tanto como otras veces, salió bien a presionar cuando le tocó y revoleó un pelota que hacía rato no tomaba tanta altura. Buen partido y clave para sostener el cero.

Alejandro D’Aquila (7,5): Una delicia para salir jugando con un sombrero. Siempre bien ubicado para sacar de cabeza. Aunque no está comprobado, posiblemente haya hablado porque la defensa no tuvo desacoples. Demostró que la zurda la tiene de decoración y que sufre cada vez más la influencia de Piquín: está encontrando en el despeje y no en el pase al compañero una de sus pasiones.

Gabriel Di Giovanni (6,5): Con un poco más de aire que la vez anterior y con más confianza, se mandó mucho más. Aunque a veces abusó de la individual, en general resolvió bien. Bastante firme en la marca, en el PT lo complicaron un poco más, pero salió bien parado en la mayoría de los mano a mano.

Mauro Indómito (6): Bien ubicado, colaboró en la marca y cuando pudo (no fueron muchas en ese complicado PT) se mandó al ataque. Abusó del pelotazo a Edu, pero la mayoría de las veces se la dio bien. Por ahí le faltó el pase al medio o a Spina para tener un poco más el control de la pelota.

Ezequiel Avillaneda (7,5): Impreciso y un poco faulero en el primer tiempo, se fue afirmando con el correr de los minutos. En el ST entró un poco más en el circuito de juego y tuvo un par de quites interesante. Se le escapó la marca en una que pudo haber sido el descuento del rival. Importante ganando de cabeza los saque de meta rivales para no meter al equipo atrás.

Ignacio D’Aquila (7,5): En este encuentro pareció haber dejado atrás los padecimientos físicos típicos de la 3ª edad que venía arrastrando. Rápido, metido, pidió la pelota y casi siempre la jugó bien. Además tuvo mucho ida y vuelta. En el segundo fue más adelante y aguantó la pelota, molestó a los defensores y asistió. Sigue con la mira descalibrada enfrente al arco.

Lisandro Seppia (6,5): Algo perdido en el PT, colaboró un poco en la marca, pero no pudo acompañar a los de arriba para descargaran en él. Para el complemento, con un poco más de espacio, tuvo más contacto con la pelota y resultó más importante para trasladar y pasar con precisión.

Luis Lasaga (8): Concentrado y metido en el partido como hace tiempo no se lo veía. Además, se lo ve más entero físicamente. Quedó algo perdido en el comienzo, pero empezó a conectarse con Nacho y a tocar la pelota y fue mejorando. Importante para marcar en la salida (no cometió foules), para tirarse a los costados y desbordar y también para asistir. Partidazo.

Eduardo Blanch (8): Volvió a marcar en duplicado (no lo hacía desde la anteúltima fecha del torneo anterior). Buenos remates en las dos únicas que tuvo. Después, lo de siempre. El aguante de la pelota y la insistencia para correrlas todas.

Diego Castellani (5): Aunque con un poco de fortuna, fue el que arrancó la jugada del primer gol. Más preciso que partidos anteriores, la pidió y entró en el circuito de pases de ¾ de cancha correctamente.


Martín Taddei (6): Algo desconcentrado y desordenado por momentos, le dio aire al mediocampo y llegó al área de enfrente con lucidez para definir suavemente y cerrar la goleada.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Fue empate sin goles ante el San Ignacio

En un partido ganable, el Auf Wiedersehen no pudo meterla y no pasó del cero

Los aspectos positivos que se vienen mencionando de hace rato se siguen manteniendo. Pero para redondear un gran torneo -sobre todo desde lo numérico- al Auf Wiedersehen le falta un poco de suerte y de puntería. En el partido anterior clavó tres pepas, pero se comió cuatro. Y en este último encuentro ante el San Ignacio FC peloteó al rival, pero no pudo meterla y el partido no se movió del 0 a 0.
Una pelota en el travesaño de Edu, un remate desde dentro del área chica que un defensor le sacó a Nacho, algún que otro puntinazo de Luis que pasó cerca y hasta un tiro con efecto de Gabi que el arquero bloqueó milagrosamente. En el otro arco, Migue se pegaba uno de los emboles más grandes de los últimos tiempos. Con ese panorama no hace falta hablar de merecimientos. Pero lo cierto es que al AW le cuesta cerrar las victorias. En este caso el rival se mostraba inferior. Hubo toques por momentos, buena presión y llegadas. La frustración pasó por no haberla embocado. Lisa y claramente. Después se mostró una buena actuación de la defensa, con Juanma que sigue sorprendiendo como 6. También apareció la patada asesina de cada partido, esta vez a cargo de Ariel. El mediocampo tuvo altibajos, pero en general cumplió. Y arriba, aunque no hubo gol, se mostró sacrificio y compromiso para pedir la pelota.
Para la próxima fecha toca un rival que en la tabla aparece peor ubicado que con el que se empató. Será cuestión de mantener el juego y ver si se puede meterla.

Miguel Fernández (5): Fue, de los partidos que se recuerdan, en el que menos participación tuvo. Asustó un poco en una jugada en la que no se decidía y terminó con una salida lujosa. Después, no queda mucho más para decir. Fue la prueba de la superioridad del AW.

Ariel Pina (6): Mantiene un buen nivel. Anticipó, marcó y la pasó bien en general. El juego se volcó bastante por su sector en el PT y no tuvo problemas.

Juan Abud (6): Con esta actuación demostró que su buen rendimiento del partido anterior no fue casualidad. Se ubicó bien, a pesar de su baja estatura ganó de cabeza y cubrió los costados cuando los laterales fueron desbordados. Gran actuación más allá de que esa posición es un poco más aburrida que ir de 3.

Alejandro D’Aquila (6): Tuvo un trabajo correcto. Generó peligro en el área rival, aunque esta vez no pudo convertir. Lo único que se le puede señalar, por ser el líder de la defensa, es que no decidió por momentos quien era el encargado de cerrar detrás del cinco, si él o Juanma.

Ezequiel Avillaneda (6): Tardó diez minutos en acomodarse. Después trató de proyectarse y dársela a los compañeros. Después de haber corrido un buen trecho, pasó de cinco y sostuvo a fuerza de presión la pelota en el campo rival. También se comió un topetazo demoledor de un Colorado mala leche que lo dejó sin aire un par de minutos.

Lisandro Seppia (5): Por allí lo único que se le puede reprochar es alguna desconcentración al momento de tomar la marca durante en PT. Después en general la pasó bien y gambeteó de lo lindo. Dejó los huevos en una que fue a cubrir.

Gabriel Spina (6): Trató de no complicarse y jugó siempre simple y efectivamente. Marcó y ganó las divididas. Buen partido, aunque siempre tiene su segundo de furia. Esta vez quiso vengar la patada que se comió Nacho y lo amonestaron. Zafó gracias al peso en AFA que tiene el CC y no le pasaron la amonestación que hubiera sido de suspensión.

Ignacio D’Aquila (5): La jugada que se pierde abajo del arco fue la fotografía del partido. Tiene como atenuante el mal estado del campo de juego. Lo mejor, en cambio, fue el caño que algunos dicen que le tiró al 4 rival, que después lo castigó.

Diego Castellani (4): Otro partido en el que no pesó. Lo más interesante lo mostró cuando combinó corto con Spina. Pero después tuvo un par de pases al rival, uno de los cuales fue de taco. Tampoco pudo hacer la diferencia desde la pelota parada, su punto fuerte.

Luis Lasaga (5): Mucho despliegue para marcar. Y sin hacer foules innecesarios. Buscó por todo el frente de ataque, se tiró atrás y trató de combinar con Edu. Tuvo un par frente al arco (no muy claras) que se fueron cerca. Mostró una versión mejorada: estuvo concentrado y se lo ve un poco más sólido fisícamente.

Eduardo Blanch (5): Le dio con un fierro en una jugada y el travesaño le dijo que no. Después remató un par de veces más, pero desde posiciones más incómodas. Igual, aunque no la haya metido, resultó importante aguantando la pelota y molestando en la salida.

Martín Godoy (5): Entró para darle un poco de aire a la defensa y cumplió. Sin sobresalir, controló al Colo, que iba por su sector, y trató de mostrarse como salida.


Gabriel Di Giovanni (5): Algo falto de ritmo, metió dos piques y fundió. Aunque no consiguió marcar la diferencia en ataque, colaboró en la marca con el 5 y con el 3.

viernes, 4 de octubre de 2013

Cayó ante el Wolfburgo por 4 a 3

El Auf Wiedersehen entró dormido y lo pagó con una derrota en un partidazo

Es muy difícil hacer una crónica luego de un partido como el del sábado que pasó.  Es difícil transformar en palabras tanta intensidad, tanto cambio de climas y, en definitiva, tanto fútbol.
El Auf Wiedersehen protagonizó uno de los mejores partidos en la historia de su institución.  Y a pesar del resultado (si bien el marcador refleja una cercanía, la proximidad no existió durante el partido, sólo fueron tres minutos), se vio un equipo que tiene armas para ilusionarse una vez que se deshaga de viejos vicios.
¿De qué hablamos con viejos vicios? De arrancar un partido en un nivel muy por debajo de lo que después muestra (cosa que no se entiende ya que se mejoró en el horario de llegada e incluso hay entrada en calor) y de regalar uno o dos goles por partido.  Porque el equipo cuando va perdiendo muestra otra cara que se divide en dos: empieza a jugar fútbol por abajo, a un toque y con prepotencia, y también empieza a poner duro y parejo.  Encontrar el equilibrio y hacerlo desde el minuto cero es una cuenta pendiente.
Se arrancó en los primeros minutos por debajo en el marcador.  Tiro libre cerca del área (cosa que se habló específicamente de evitar), barrera bien armada y arquero mal ubicado.  Miguel dio el paso detrás de la barrera y ya no pudo volver a su palo,  por donde la pelota entró con pique previo.  Después de la cagada a pedos en el partido anterior por parte del arquero, pareció una picardía comerse un gol así.  Pero la crítica se vio aplacada porque en las horas subsiguientes tanto el arquero de Independiente como el del rival del Manchester United se comieron un gol parecido.
El sopapo fue aún mayor cuando después de una salida fallida que agarró mal parada a toda la defensa, se la pasaron atrás a Ariel (que estaba por detrás de la línea del último hombre), que tardó en dominar y fue madrugado por un rival que le pegó lo suficientemente bien para encontrar mal parado a Migue y a cobrar.
A partir de ahí, el equipo entró al partido y generó la cantidad de situaciones a la que está acostumbrado, aunque también facturó como lo viene haciendo: en proporción, poco.  Tuvo cuatro muy claritas: un remate de media distancia de Mauro que el arquero atinó a sacar por arriba del travesaño.  De ese corner, una pelota que sobra al segundo palo y sorprende a Alejo, que intenta ubicarla en el segundo palo no dándose cuenta que estaba ya pasado y la tiró afuera.  Un mano a mano que Edu tardó una eternidad en definir luego de un pase marca registrada de CC.  Y una jugada colectiva que terminó en un muy buen desborde de Edu que Diego no pudo definir solo y en el área chica.
Resultado al final del primer tiempo: 0-2.  Pero en seguida comenzado el segundo tiempo, otro golpe: pelota al área, previa advertencia del réferi de no tomarse en el área, aparente agarrón desubicado de Gabi, penal en contra.  Migue estuvo muy cerca de sacarlo,  pero no lo consiguió. 
Tres goles abajo. ¿Partido terminado? No.  El adn del Olvídensen no lo permite.  Entonces siguió apretando y en una jugada de pelota parada –cuándo no-, centro de Mauro y Alejo cruza todo el área para terminar cabeceando casi de espaldas al arco.  Gol y situación bizarra del año: mientras el rival, ganando cómodo, esperaba para sacar, medio equipo Aufi estaba discutiendo con el réferi para que le otorgara el gol al defensor/goleador (se lo habia dado al rival en contra)
El partido pareció hacer un click ahí.  Los de la cruz en el pecho se dieron cuenta que podían y el rival empezó a mostrar flaquezas groseras atrás. Lo tuvo el mejor delantero de ellos en una jugada que terminó dando en el poste (a decir verdad, los dos delanteros de ellos eran muy buenos, rápidos para decidir y definir).  Después lo tuvo Lichi, en una pelota que venía viboreando y no pudo definir cerquita del arco.
El partido no estaba dado para los de azul y se vio en esa seguidilla de jugadas: primero pierde ese gol casi imposible y en la jugada siguiente sale un pelotazo, la van a buscar dos rivales –uno en off side de cinco metros- y entre la salida fallida de Migue y el cierre apurado de Juanma, terminó en gol.  Fue en contra de Juanma, que después de hacer varios cierres exitosísimos, en esta no tuvo suerte.
¿Ahora sí, partido definido? Todavía faltaban más emociones.  Porque dos patadas a Lichi hicieron echar a uno de los torpes rivales.  Y con uno más se siguió empujando. Y en una buena jugada, el mismo Lichi (que siempre parece tener un tiempo más) en lugar de definir de zurda sacó un centro hermoso para que defina Alejo que estaba esperando para definir: primero falló de cabeza, pero después no perdonó con su patada corta (en los controles del sega, pateó con el “c” en lugar de con el “z”)
Con el partido 2-4, no quedaba mucho tiempo.  Pero de tanto ir a la carga, lo dirigidos por CC encontraron una más.  Centro cruzado al área, Edu se comió una patada en la cara, el cuello y el pecho (así, tal cual) que fue sancionada con penal.  En el revoleo –cuándo no- Gabi fue expulsado.  El propio 9, luego de sacudirse el mareo, definió fuerte y puso el 3-4.
No había demasiado tiempo para más.  Ya se habían consumido los segundos y ni una última pelota llegó al área.
Gran partido para rescatar cosas y seguir mejorando.

Migue (3,5): los dos primeros goles (mucho más el primero) signan un poco su actuación.  En el tercero atoró como pudo (quizás se apuró un poco) y el penal estuvo muy cerca de sacarlo.  Y no tuvo mucha más chance de reivindicación.

Ariel (5): viene jugando muy bien, y este partido también lo hizo, pero su puntaje se ve perjudicado por ese gol entregado tan pronto en el partido.

Alejo (7,5): de su desempeño en ataque no se puede decir mucho,  pues los número hablan por sí solos: es goleador del equipo con cinco goles en seis partidos.  Una cifra impresionante para un delantero, más aún para un defensor.  Pero como defensor que es y más siendo el último hombre, no puede descuidar sus tareas básicas.  El segundo gol encuentra al marcador de punta por detrás de su línea.  Y en más de una ocasión Juanma tuvo que cerrar a sus espaldas (como la situación del gol).  El primer gol es un golazo, sin miramientos.

Juanma (7): Jugó un partido excepcional, más teniendo en cuenta su condición física (arrancó con una molestia en el tobillo que con el correr del partido se transformó en hematoma y en la imposibilidad casi de pisar). A pesar de amagar con salir un par de veces, aguantó todo el partido y fue el sostén de la defensa.  La jugada del gol en contra tenía más chances de ser gol que de no serlo, su cierre sólo lo pospuso un poco.

Gabi (6,5): una vez más mostró su sacrificio por el equipo.  Arrancó jugando ¡de tres! y en buena forma.  Lástima el muerto que le tira a Ariel, que terminó en el segundo gol.  Pero marcó muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que por su punta que él y Nacho tuvieron que soportar en el primer tiempo los ataques más fuertes del equipo rival.  En segundo tiempo le tocó pasar por varios puestos de la mitad de la cancha, encontrando de cinco –su viejo amor- una versión muy potenciada: pases de primera, actitud de ataque y de marca.  Muy buen partido.

Martín (3,5): flojo partido.  Nunca encontró el ritmo, no pudo ni recuperar ni dar bien la pelota cuando lo tuvo.  Eso lo desanimó y ya no se pudo reponer.

Lichi (6,5): asistencia y recepción de patadas fueron su mayor aporte.  Pone en todas y deja todo lo que tiene.  De todas maneras, el doble cinco no parece la posición ideal para él.

Mauro (5): Todavía no encuentra su mejor forma.  No logra desprenderse rápido de la pelota, por lo que traslada mucho, a veces con buen resultado y a veces con malo.  El equipo encuentra en su remate en movimiento y en pelota parada un remanso y una posibilidad cierta de gol.

Nacho (6): de a poco vuelve al nivel que el equipo necesita.  Jugando por la izquierda, manejó bien la marca (se entendió bien con Gabi), dio buenos pases (uno excelente que dejó a Edu solo y no pudo facturar) y generó mediante sus ya consabidas maniobras “rolfianas” tiro libres a favor.  Pero todavía le falta despliegue para jugar en esa posición.  Se resintió cuando tuvo que correr al más veloz delantero rival, jugada que terminó con un empujón salvador y algo gracioso.

Diego (4): no viene teniendo buenos rendimientos.  Le cuesta asociarse y no entra en circuito. Más aún, tuvo la posibilidad cierta del gol en sus pies y lo erró increíblemente.

Edu (5,5): no está en su mejor nivel pero siempre obliga, dio una buena asistencia que Diego no pudo capitalizar y generó la jugada del penal que él mismo convirtió.

Tito (5): esta vez no pudo ser desequilibrante como en el partido anterior.  Pero su tenacidad pone una sana tensión que lleva el equipo para adelante.

Fede (5): de a poco va ganando ritmo y sumándose al equipo.  Pero todavía le falta.


Luis (4,5): otro que le falta ritmo.  No pudo hacer una diferencia.