El árbitro evitó que el refuerzo de lujo le diera un triunfo épico en el clásico al AW
La de esta fecha fue una historia que ya se escribió varias veces.
La que tantas veces se reprodujo en películas. El la de un chico que vuelve a
su país después de varios años, que se reencuentra con los pibes que conocía
desde chico, que se calza la camiseta que hubiera sido suya si no se hubiera
ido y que se puso a jugar un rato al fútbol. Como en los repetidos guiones
hollywoodenses, el tipo entra cuando el partido iba 0 a 0. Encima, contra un
equipo que es lo más parecido a un clásico, que es el archirrival. Entonces
llega un centro al área, la pelota se eleva y le queda al muchacho, que ensaya
una chilena espectacular para darle el triunfo a su equipo cuando quedaban
segundos para que terminara el encuentro. Allí es cuando tendría que llegar el
festejo, el confeti, las porristas bamboleando los pechos con sus saltos, la
tribuna delirando y la llevada en andas del protagonista. Pero la música de
tono épico no se escucha. ¿Se olvidaron de poner play? El árbitro levanta la
mano. ¿Qué le pasa? Está marcando una falta. ¿Pero no fue gol? ¿Qué pasó? Ah,
no. El héroe de esta historia gritó “Voy”. Le anularon el gol y el partido
terminó 0 a 0.
Y bué. Quizá con este libreto no se llegue a la meca del cine. A lo
sumo se podrá hacer una tira a la que cambien de horario varias veces hasta que
la levanten. Pero lo importante es que en la divina mañana de Ministro
Rivadavia estuvieron casi todos. Salvo por Gabi Di Giovanni, que estaba
suspendido, Capitán Cula pudo tener todo su plantel a disposición. Rindieron
los titulares, cumplieron los suplentes y de no ser por el forro del árbitro,
que podía haberse hecho el boludo, el Auf Wiedersehen se podría haber llevado
los tres puntos.
Generó bastante en el PT, con Spina preciso por la derecha y con
Diego juntándose con él. Aguantó mucho Edu, para darle descanso al equipo y
abajo, con aire, la defensa se mantuvo firme. En el segundo tiempo el conjunto
de blanco y celeste no estuvo tan compacto. Se abrieron algunos espacios y se
sufrió un poco en la pelota parada. Pero esta vez ligó lo suficiente como para
mantener la valla en cero por primera vez en el torneo. Lindo partido, buen
funcionamiento dentro de todo y lo más reconfortante: ver el plantel completo
cagandose de risa.
Miguel (6):
siguiendo el ejemplo de los arqueros de Newell’s y el Barcelona, juega de
líbero, involucrándose en el juego del resto del equipo. Se lució con algunas salidas con los pies,
incluso tirando un sombrerito. Y en el
arco cada vez está más afianzado,
mejorando sobretodo en el corte de los centros.
Ariel (6.5):
tuvo un primero tiempo de excepción, en la marca y sobretodo en ataque. Gran despliegue e precisión, cumplió el plan
de juego a la perfección, con intensidad en la marca y siempre siendo opción de
pase. Gran dupla con Gabi por la
derecha. Como era lógico y parte del
plan, en el segundo tiempo se cayó un poco y fue reemplazado. Pero fue una alta producción.
Pikín (6.5): el
Mariscal Itinerante estuve a la caza de rivales y pelota durante todo el primer
tiempo, salía a los costados y al frente, anticipaba y nunca cometía una
falta. Dio muestras de su calidad.
Alejo (8): partidazo. Era un espectáculo verlo de afuera. Cuando terminó el partido, se escuchó a los
rivales ante el reclamo entre ellos “no nos dejaron una”. Alejo fue responsable grande de eso. Por arriba y por abajo, intentó jugar como es
su característica primordial, pero
también entendió que al ser último hombre que cuando hay que romper, hay que
romper.
Juanma (5.5): tiene
controlada su banda. Pero el equipo
eligió constantemente jugar por la izquierda,
por lo que no lo pudo aprovechar.
De todas formas, está todo el tiempo colaborando y no se desespera
cuando el juego no le llega. Será en
mejor interés del equipo que lo tenga más en cuenta.
Gabi Spina
(6.5): parecido al caso de Ariel, el primer tiempo fue un punto altísimo en su
carrera en el Auf. Presión para
recuperar la pelota, intención de juego por abajo para crear y despliegue para
cubrir los espacios. Teniendo en cuenta
que no venía jugando, el mérito es doble.
Ezquiel
Avillaneda (7): muy buena producción del número cinco titular. Si bien todavía no tiene incorporado el chip
de la paciencia y el juego fino, arrasa con todo. Y eso le da vitalidad al equipo.
Lisandro Seppia
(5.5): similar al caso de Juanma, el equipo no jugó mucho por su sector y no
pudo entrar en circuito. Igual, controla
todo lo que pasa cerca.
Diego (4): no
está teniendo el nivel que el equipo necesita de enganche. Quizás tendría que buscar juego por otro
sector para involucrarse más. Y además esta vez no pudo hacerse fuerte en la
pelota parada.
Edu (7): genera
y provoca muchísimo de lo que el equipo gesta en ataque. La aguante, se apoya, gira y le pega al
arco. Incluso a veces peca de generoso
porque tiene los recursos para resolver.
No erró goles fáciles, por eso el puntaje, todo fue ganancia.
Luis (4): Volvió
después de una larga inactividad y se noto.
Fuera de ritmo, no pudo conectar mucho.
Para colmo por su posición tuvo en sus pies las dos más claras del
partido para abrir el marcador.
Fede Godoy (4):
después del buen primer tiempo, se notó el cambio. Todavía le falta en su recuperación.
Martín (4): a
contramano del equipo, no pudo entrar en idea ni intención.
Joel Ansiporovich
(7): unas cuantas jugadas le alcanzaron para mostrar su talento. Hacía rato que el equipo no veía alguien que
jugara a esa velocidad y que aún así pudiera para la pelota, levantar la cabeza
y jugar a los costados. Podría haber
hecho el gol(azo) del triunfo con una chilena sobre la hora, pero sus ganas lo
hicieron pedir la pelota en voz alta.
Nacho (5): jugó
casi nada por su lesión, pero entró a compartir la cancha y a pedido del
ayudante de campo del día (Mauro) para ordenar un poco el equipo.
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