En este campeonato plagado de ausencias y altibajos, el Auf
Wiedersehen volvió a sufrir una durísima derrota. Jugó con uno menos todo el partido, se hizo
fuerte por momentos, pero cometió los errores de siempre y lo pagó caro.
Luis Damián Forlani (2,5):
Tuvo un partido a lo Migliore. Se dejó
calentar por un pendejo que no existía, se preocupó siempre por demostrar
superioridad y esto lo hizo fallar mucho más de lo habitual. Se dijo bilardista
pero si Bilardo viera cómo demoraba las contras para mostrar la pelota, lo hubiese
matado. Desconcentró a sus compañeros, que estaba haciendo un esfuerzo bárbaro
para suplir al hombre de menos.
Olvidable.
Gabriel II Di Giovani (6):
Se bancó jugar de cuatro y si bien por momentos se vio desbordado, siempre tuvo
como objetivo el arco del enfrente y se asoció bien con los de la mitad de la
cancha.
Pablo Zapata (5,5):
Partido difícil para la zaga central, hizo todo cuanto estuvo a su alcance,
patada castigadora de sobrador incluída.
Pikín (6): El
espíritu está intacto. Y le duele muchísimo perder de esa manera. Estandarte de
todo lo bueno del Olvidensen.
Diego Sproviero (4,5):
El primer tiempo, difícil. El segundo se
acomodó un poco mejor, pero no consiguió hacer demasiado.
Gabriel I Spina (6,5):
Intentó todo el partido y de él vinieron muchos de los ataques, siempre
aportando al juego asociado y por abajo.
Alejandro D’Aquila (5):
Cansadísimo, nunca pudo entrar al ritmo del partido. Aportó equilibrio cuando la pelota le llegó
directamente a sus pies. Y el sacrificio
nunca se negocia.Ignacio D’Aquila (6): Convirtió llegando desde la mitad, y parece ser la carta más peligrosa del equipo de azul. En el segundo perdió un par de goles obligado a definir de zurda, pero nunca dio el partido por perdido.
César Dib (5,5): Uno de los tantos perjudicados por el clima del partido, dio la asistencia de gol y puso otras habilitaciones que no funcionaron. Pero se volvió al lesionar.
Luis Lasaga (2): Otro partido olvidable. No sólo no pudo jugar sino que se hizo amonestar por hablar y expulsar por una mano intencional. Sin palabras.
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