El Auf Wiedersehen sumó su tercera derrota consecutiva y todavía no ha podido rescatar un punto en lo que va del campeonato. La imposibilidad de repetir una formación (Avillaneda lesionado en la pretemporada, expulsiones varias y vacaciones programadas) complica el panorama aún más. Sin la posibilidad de respaldarse en los resultados, el funcionamiento se ve apurado y se resiente. Así, los ratos en los que puede jugar el fútbol que pretende se ven opacados por la desesperación y la impaciencia del resto del partido.
Esta tercera fecha se enfrentó con el Wolfburgo, modesto rival que se limitaba a sacar pelotazos a sus delanteros. El inicio del partido se mostró favorable al Auf, que en un rato pudo conseguir llegar tres veces con peligro, todas de la mano de CC, en su vieja posición de delantero. Justamente, la tercera fue la vencida y con una definición por encima del arquero, luego de una habilitación del Cabo Noriega, el Olvidensen se encontró arriba en el marcador por primera vez en mucho tiempo.
Poco le duró la alegría. En la primera aproximación del equipo rival, la defensa controló bien el balón pero luego tardó en jugarlo y así, casi obligando al delantero a rematar, poco pudo hacer La Araña Negra para mantener el cero en su arco. Más aún, en otro pelotazo lejano, la visita (por tercera vez consecutiva el Auf jugó en la cancha 1, por lo que se puede sentir local allí) dio vuelta el resultado.
Párrafo aparte para la actuación del referí. En la primera jugada de chispa, cobró (mal) una falta a Gorishnikov, quien se enredó con el jugador contrario y el referí, tratando de imponer un rigor que no pudo sostener a lo largo del partido, los echó a los dos. A partir de allí, el partido se le fue de las manos. Otorgó ventajas que no eran, no midió con la misma vara los foules y dejó que se hablara por demás. Pésima actuación del árbitro para un partido en el que, quizás sin él, se hubiese desarrollado con menos problemas.
Luis Lasaga (6): Retornado al puesto que supo defender por casi un año, el plan era atajar sólo un tiempo. Ante la expulsión de Gori, lo hizo todo el partido. Nada que hacer en el primer gol, en el segundo tardó más en salir que el arquero alemán en el gol de Burruchaga del ’86. Pero no se apichonó, y ese error pareció meterlo de lleno en el partido. Sacó un centro envenenado por arriba del travesaño, un remate desde afuera, cortó un corner con los puños, un mano a mano contra tres (¡tres!) rivales y desactivó varias jugadas de riesgo saliendo con velocidad. Se comenta que le pegó a un rival mientras estaba en el piso.
Juan Gori (3.5): Poco tiempo para evaluarlo, en una pelota que fue a trabar con lealtad, le cobraron falta, se boqueó con el rival y al vestuario ni bien empezado el partido. Dejó al equipo con uno menos en una banda que lo necesitaba.
Francisco Ingleson (5): Sigue de menor a mayor en lo que va del torneo. Afianzándose en la marca, sin hacer faltas innecesarias, esta vez tuvo que ajustarse a otro compañero de zaga. Lo hizo con suficiencia, salvo en el primer gol en el que tardó en despejar.
Patricio Monti (4): Primer paso en falso desde que está en el equipo. Le pusieron de central para que Fabi pudiera ir de tres. Lo complicaron los pelotazos largos del rival y se lo vio fuera del partido. Encima, se enganchó con lo que hablaban los contrarios.
Fabián Alva (6.5): Cumplió con creces en la posición de marcador de punta por la izquierda. Tuvo la marca de siempre, a la que le sumó criterio para subir al ataque, aunque no siempre resolvió bien en el pase.
Ariel “Pani” (5): Arrancó el partido de 8 y se notó su falta de ritmo. Cuando tuvo que pasar de cuatro, se acomodó mejor y pudo asistir con varios pases que demuestran que hay que tenerlo en cuenta a futuro.
Alejandro D’Aquila (6.5): Solo como pocas veces en la marca, se las arregló para recuperar bastante. Pero su función en este partido pareció ser la de receptor de patadas de los rivales. Cada vez que tuvo la pelota en los pies, lo cortaron con falta. Otra muestra de sacrificio y compromiso con el equipo.
Ernesto Rodríguez (6): Debido a las ausencias, tuvo que pasar al sector izquierdo justo cuando le tomaba el gusto a la derecha. Se proyectó bien, siempre fue opción de pase (aunque no lo vieran) y en la marca aportó su despliegue de siempre. Cabeceó un centro que si entraba lo iban a comparar con Jordan cuando volaba.
Leandro Noriega (6.5): Primer partido como enganche único, manejó el partido con criterio (cuando le pasaron la pelota). De izquierda a derecha, cubrió bien la cancha y puso varias de esas pelotas que lo caracterizan, entre ellas, la asistencia del gol. Lamentablemente no lo pudimos ver tanto en el juego asociado luego de la expulsión, dado que el Auf perdió el balance.
Ignacio D’Aquila (7): Retomando su sector predilecto de segunda punta, demostró que lo que va perdiendo en velocidad lo recupera en conocimiento. Todos los ataques del primer tiempo culminaban en él. Un remate al palo, un tiro cruzado aguantando a los centrales que se fue cerquita del ángulo y finalmente el gol, en el que Noriega ve bien el camino marcado y lanza el pase para dejarlo de cara al arquero, que no hizo más que facilitar la definición saliendo a cortar, viendo cómo entraba la pelota por arriba de su cabeza. Con la expulsión pasó de ocho y las piernas le empezaron a pesar. Una lástima, porque la dupla D’Aquila-Noriega podía hacer mucho daño.
Guille (4.5): El goleador del torneo pasado todavía no encuentra su mejor forma. Fuera del circuito de juego, queda poco de frente al arco y tarda en definir. Parte de su bajo rendimiento se debe a lo poco que genera el equipo. Aportó en defensa.
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