La pregunta que nunca se hizo: ¿el Auf Wiedersehen ganó un punto o perdió dos? Con el empate 1 a 1 ante el Deggendorf, el equipo que se disfraza de azul cortó una racha de tres derrotas consecutivas. Desde ese punto de vista, el resultado pareciera ser positivo. Pero si se tiene en cuenta que se erró un penal en el último minuto después de un partido en el que casi no hubo ataques del contrario, el optimismo decae bastante.
Con una defensa firme, el juego ofensivo se desarrollaba con circulación por la izquierda y con explosión por la derecha. Juanma, Nacho y El Cabo se juntaban y tocaban. Fallaban a la hora del toque final, pero cuidaban bien la pelota. En cambio, por el lado de Tito todo era vértigo. Con la espalda bien cubierta por Monti, el único que lleva pelota al San Agustín tuvo un par de desbordes interesantes antes de poner una bocha de gol. Rápido, asistió a Guille para que marcara por encima del arquero. El de la camiseta del Chelsea rompió la maldición y marcó por primera vez en el campeonato.
Tranquilo, manejando los tiempos gracias a la ventaja parcial, el AW justificaba la ventaja. Hasta tuvo varias chances para ampliar la diferencia. Pero este conjunto sigue sufriendo el “mal del arco que se mueve”. Igual, Luis seguía con poco trabajo. Hasta que llegó un lateral sacado rápido por el rival, un centro al segundo palo y un delantero que tuvo tiempo para controlar la pelota, dejarla picar y fusilar a nuestro 1. Los dirigidos por CC igual siguieron yendo a buscar el resultado. En una buena jugada, Dib por primera vez le dio bola a Juanma, que pasaba por la izquierda, y se la pasó. Al lateral lo bajaron en el área cuando se iba derecho al gol. Dib fue el encargado de acomodar el balón en el punto del penal y, a lo Cavenaghi, colgarla por arriba del travesaño. El Auf sigue acumulando méritos, pero las victorias no llegan.
Luis Lasaga (6): No tuvo pelotas que lo exigieran. Y en el gol, hasta la llegó a tocar. Partido correcto más allá de la penosa y cómica imagen que daba en el entretiempo mientras estaba tirado en el suelo.
Patricio Monti (5): Buen partido en general, trabando con todo en las divididas y sin ser desbordado nunca. Pero el lunar fue el lateral mal sacado que derivó en el empate del otro equipo. Mala leche, porque Gori siempre hace lo mismo pero zafa porque no nos clavan.
Fabián Alva (6): Nada que destacar ni nada que reprochar. No hubo muchos sobresaltos para la zaga central, que siempre controló a los delanteros y salió con criterio a la bandas para cortar cuando fue necesario.
Francisco Ingleson (6): Similar a Alva, con quien se va mimetizando partido a partido. No dio ninguna por perdida. A diferencia del otro central, debió cubrir un poco más el sector izquierdo cuando Abud se iba.
Juan Manuel Abud (6): Venía teniendo un partido bueno, pero perdió la espalda en el gol. Después, con una corrida en la que le dieron la pelota, generó el penal, con lo que se reivindicó.
Ernesto Rodríguez (6): Dentro de un mediocampo que tuvo un gran trabajo, él se destacó a fuerza de despliegue, orden táctico para ayudar en defensa y visión de juego para ponerle una asistencia a Guille para que marcara.
Alejandro D’Aquila Urtubey (6): Por momentos tardó en largar la pelota, pero en general estuvo bien ubicado, ganó las divididas y controló el sector ayudado por sus laderos del medio.
Ignacio D’Aquila Urtubey (6): Bien acomodado como su hermano y como Tito, relevó bien en algunas ocasiones mientras tuvo aire. Tuvo buena visión aunque mala ejecución en los pases largos. En el toque corta estuvo preciso.
Leandro Noriega (5): No estuvo tan participativo como de costumbre. Por momentos se lo comieron los volantes rivales. No se conectó como otras veces con los delanteros y por eso ellos no estuvieron tan abastecidos.
Guillermo Sánchez (5): Vovió al gol con una buena definición, pero también se perdió algunos. Y en el segundo tiempo se fue quedando y no pudo aprovechar las contras para sellar el marcador.
César Dib (4): Otro que estuvo algo desconectado. No tuvo mucha participación y en general perdió con los defensores. La frutilla del postre fue el penal errado cuando se terminaba el partido, que hubiera significado la victoria del equipo.
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