lunes, 4 de mayo de 2015

Derrota por 4 a 0 ante el Metzeger

Por expulsiones y lesiones, el AW no pudo mantener el nivel del inicio y fue goleado


El partido se puede dividir claramente en primer tiempo y segundo tiempo, teniendo casi nada de correlación uno con otro.
Se vio la mejor primera parte en mucho tiempo del Olvidensen.  Juego asociado, salidas rápidas y prolijas, profundidad en ataque.  Lamentablemente, en un déficit que se repite, los goles no llegaron.  Jugadas claras sin resolución.  No demasiados sobresaltos en el arco propio.  Y un primer tiempo que se fue sin la recompensa merecida.
El segundo tiempo llevó el signo de la fatalidad a cada acción.  Primero con un tiro libre excelentemente ejecutado por un rival pero desde una larga distancia que se convirtió en el 0-1.  Luego, en una jugada desafortunada, Diego, uno de los puntos altos, se dislocó el codo, cosa que sacó un poco de partido a todos.  Luego, en una jugada confusa, un rival se negó a ir a buscar una pelota y dentro los insultos generales, doble amarilla a Juanma.  Y desde ese corner, el 0-2.  Partido casi cerrado, pero quedaba lo peor: la imagen de un equipo que todavía no sabe llevar las adversidades y la sensación de que primero hay que aprender a perder como equipo para luego saber ganar como tal.

Alejandro Encisa (3): en el primer tiempo zafó de que lo cobraran un penal en contra.  En el segundo, si bien el tiro libre hizo una comba perfecta, la distancia desde la que fue pateado le da cierta responsabilidad.  Y después perdió la cabeza, poniéndose de contra a sus propios compañeros que estaban dejando todo con un hombre menos.

Juan Abud (4): Había jugado bien en la línea de tres. Lamentablemente, la actuación se vio opacada por una jugada en la que –exageradamente- lo echaron.

Alejandro D’Aquila (6):  Viene jugando un muy buen torneo.  Pero cuando el equipo pierde el orden, se ve obligado a la heroica todo el tiempo y a repartir patadas.

Nicolás Armagno (5,5): rindió bien en la improvisada línea de tres, aunque faltó un poco de salida.

Rubén Guerrero (6): en el primer tiempo confundió un poco los caminos: cuando el equipo la pasaba por abajo, abusó del pelotazo.  Pero siempre participó y empezó a jugar cada vez mejor.  Si ya se había jugado por el equipo pasando al medio, en el segundo con uno menos pasó a jugar de 4-8 en un esfuerzo encomiable.

Gabriel Spina (6): gran partido del cinco.  Dando muestra de lo que puede ser su mejor nivel.  Ordenado, pivoteando a defensores y mediocampistas, de frente al arco jugando a un toque.  Terminó acalambrado.

Diego Sproviero (6):  uno de los puntales de las jugadas ofensivas, generando en ataque, decidiendo bien cuando había que jugar rápido y cuándo hacer la personal.  La lesión lo privó de terminar un partido que pintaba para muy bueno.

Luis Piralli (4): flojo partido del que se suponía, debía enganchar.  Empezó bien el primer tiempo jugando corto con los compañeros.  Pero en el segundo cayó en los vicios de no correr, tirar caños porque sí, en incluso dejar de jugar, pidiéndole al referí que termine el partido.

Daniel Diaz (5):  sus habilidades son conocidas, pero esta vez no supo leer el partido.  Contrariamente a Diego, eligió la individual cuando el partido pedía otra cosa.  Desperdició dos buenas pelotas paradas.  Y en el segundo tiempo se enojó y no participó más.

Lichi Seppia (6):  dentro del planteo de Hernán, jugó muy bien.  Alternó posiciones de ataque, resolvió lo que las jugadas iban pidiendo, y nunca dejó de intentar.  Faltó algo de movilidad, sobre todo en la segunda mitad.

Nacho D’Aquila (6): participó en la mayoría de las jugadas del primer tiempo, sobre todo por la banda izquierda.  Y en el segundo, fue de los pocos que generó aún cuando el partido parecía irremediablemente perdido.

Guille Gardezabal (4): flojo partido del Cóndor, que nunca entró en ritmo, y además le tocó el desconcierto generalizado del segundo tiempo.


Luis Lasaga (-):  lamentablemente, el porteño debió acompañar a Dieguito al hospital, por lo que no pudo ingresar.

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