Crónica nueva, historia vieja.
El Auf Wiedersehen entró a la cancha con diez jugadores y –si la memoria
de este cronista no falla- de las veces que se dio esa situación, sólo una vez
consiguió un punto; el resto de las veces, fue derrota. En esta ocasión no hubo excepción y siendo un
equipo al que no le sobra nada, perdió por 2 a 1 ante el Real Oviedo, un econjunto
muy limitado.
El partido empezó con toque y orden, con llegadas y buen ánimo. Eso concluyó en la apertura del marcador por parte
de los rayados. Gabi puso en cortada una pelota para una diagonal de Nacho del
centro a la izquierda, que en un mano a mano con un rival se la llevó con lo
justo. Dentro del área grande y con el
arquero de frente, la empaló de manera precisa para que entrara bien cerquita
del travesaño.
Y no se pasaban mayores
sobresaltos ante un rival que demostraba sus limitaciones. Pero sobre la hora del primer tiempo llegó
una jugada de pelota parada, un buen salto y un cabezazo que pasó no tan lejos
del arquero Aufi y fue empate.
Las cosas no iban a estar mejor.
En la primera parte del segundo tiempo, se dio un mal manejo de una
jugada de ataque, pérdida y contra rápida, en la que Pikín hizo un esfuerzo
grande por marcar al delantero que se iba sólo, lo movió bien con el cuerpo
pero tuvo mala fortuna y la pelota le quedó mansita para que definiera a un
palo.
Esto mostró la peor cara de algunos jugadores rayados, con quejas y
poco compromiso. El cimbronazo duró un
rato, hasta que se acomodaron un poco los tantos y se fue a buscar
decididamente el empate. Con Cula de
líbero y Agus y Pikín de stoppers, el
equipo contó con diversas chances de empatar.
Pero entre el cansancio y la mala fortuna, otra vez se le negó la
posibilidad.
Nuevamente queda la ilusión pendiente en tanto y en cuanto se logre
resolver problemas viejos como presencias y unidad en la mala.
Alejandro Encisa (4,5): El
primer gol le pasa muy cerca, dejando la sensación de que podría haber hecho
algo más. Sacó una gran pelota que iba
al ángulo, y en el segundo gol no tuvo chances.
Juan Gori (5): Socio
fundador del Auf, diseñador del escudo, jugador emblema de una época, siempre
reaparece cuando el equipo lo necesita.
Su rendimiento fue bueno en el primer tiempo, pero en el segundo la
inactividad le pasó factura.
Alejandro D'Aquila (5,5):
Cumplió con solvencia el rol de central como casi siempre, por más que su marca
hizo el primer gol. Perdió un gol en una
pelota parada que el cataloga con “fácil”.
Después, con el equipo en desventaja se mostró siempre y tuvo en sus
pies la más clarita sobre el final, a la que no llegó por un pelo.
Francisco Ingleson: (5,5):
Buen partido del mariscal de la defensa, pasado de ser segundo marcador
central, a primero, a stopper. La jugada
del segundo gol hubiese consagrado su espíritu y su entrega, pero la suerte no
lo acompañó.
Agustín Tripaglia (6): Cada vez más brasilero, toma más
trascendencia en la salida limpia del equipo por la banda que en la marca. También gana presencia en su
polifuncionalidad en todas las posiciones de la defensa.
Ernesto Rodríguez (4,5): Después
de un gran partido, no pudo repetir una actuación destacada. Participó poco y se lo vio impreciso. Descontada su voluntad de hierro, se
esperaron escaladas de él por la derecha que no llegaron. Dio el mejor quite del partido.
Gabriel Spina (6): Teniendo que llevar a cabo la titánica tarea de
ser el único cinco en un equipo con poca marca y uno menos, siempre tiene las
de perder. Así y todo, recupera mucho y
trata de ser el que asegure la circulación.
Fue amonestado después de una seguidilla record de partidos.
Ignacio D'Aquila (7.5): Como volante por la izquierda, hizo un primer tiempo de 10-11,
llegando hasta el final, como en la jugada del gol, de definición
exquisita. En el segundo tiempo, viendo
al equipo en franco ataque, armó una línea de tres con el de líbero y desactivó
no una, sino cuatro contras él solo.
Diego Castellani (5,5): Concentrado
y de muy buena técnica, garantiza buena entrega y juego de ataque. Pero su cabeza le juega una mala pasada y la
impaciencia lo hace hacer una de más o perder pelotas que terminan en ataques
rivales. Para colmo, una vez más, se
habló de mala manera con compañeros.
Luis (5): Ya había
advertido al DT que estaba para veinte minutos.
Con el equipo en inferioridad numérica, no puede cumplir. Si bien entregó algunas de sus corridas
habituales, su poco rigor táctico hace que el equipo lo pierda la mayoría del
partido.
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