Si uno dice “Auf Wiedersehen jugó el mejor partido de su
historia” e inmediatamente ve el resultado del encuentro, enseguida piensa que
algo está mal. Pero no. Durante setenta minutos, el equipo jugó un partido
perfecto tanto desde lo táctico como desde lo físico. Bien repartido en la
cancha, aplicando una presión asfixiante al rival, tocando la pelota con
confianza cuando se la tuvo, sólo faltó un poco más de potencia en los minutos
finales. ¿Qué pasó? La falta de actividad de algunos jugadores y de recambio
hizo que las piernas fallaran en los últimos quince minutos, que fue cuando
llegaron los tres goles rivales. Sería un error gravísimo interpretar el
resultado y no el desarrollo. Manteniendo estas formas, los logros y las
satisfacciones llegarán más rápido y lo que es más importante, se mantendrán en
el tiempo.
Damián Forlani (7):
Cosa rara la del destino. Su principal directiva fue que no abusara de su
confianza y que sacara para los costados los rebotes; y las dos primeras
jugadas falló: una la quiso hacer con lujo y la perdió, y la otra dejó el
rebote picando en el área chica. Cosas del fútbol, ninguna de esas dos jugadas
fueron gol. A partir de ahí, con intervenciones constantes, logró mantener al
olvídensen en partido: cortó centros con los puños, sacó rebotes para el
costado, ordenó al equipo y sacó un tiro libre impresionante al palo de la
barrera.
Pablo Zapata (6):
El cuatro de emergencia siempre rinde. Buena ubicación, subidas esporádicas en
ataque. Jugó hasta donde le dio el aire y cuando el equipo lo necesitó volvió a
entrar aunque estaba lesionado.
Patricio Monti (5):
Sumó algunos movimientos interesantes a su repertorio, especialmente la de
mantener el equipo chico y cuando se viene el pelotazo rival posicionarse
rápidamente atrás de todo y de frente. Pero al ser el último, el cierre a veces
le cuesta, y pifias como las que tuvo puede costar muy caras.
Francisco Ingleson (6):
Su principal directiva fue la de retomar su posición detrás del número cinco y
por delante del dos y lo hizo a la perfección. Recuperó más y entró en juego.
Lucas Lacoste (5):
Jugó un partidazo hasta que se quedó sin aire y sin piernas. Ahí, perdió marca
y ubicación y los goles llegaron por su frente.
Juan Abud (5,5): Jugó
un primer tiempo bárbaro, en ataque y en defensa. Pero en el segundo quedó
aislado por el equipo, con Leandro lejos y Cula afuera.
Alejo D’Aquila (7):
Partidazo en marca, siempre resolvió bien con la pelota en los pies. No hay
mucho más que agregar.
Damián Toscano (5):
Partido algo flojo después de su promisorio debut. No terminó de encontrar su lugar y en ataque
no pesó.
Leandro Noriega (5,5):
Mucho más cómodo arriba, extrañamente cuando tuvo menos obligación de marcar,
marcó más. Es raro en él que falle tanto en las pases, pero se estima que es un
mal pasajero.
Guille Sanchez (5,5):
Fue abastecido poco, pero siempre estuvo bien ubicado y colaboró en
defensa. Tuvo un par de cabezazos que
estuvieron cerca.
Luis Lasaga (6):
El que tuvo más peso en ataque, colaboró en la recuperación. Pesó mucho desde
la pelota parada, pero todavía le resta aprender a hacer la jugada que le pide
el equipo en lugar de la individual.
Nacho D’Aquila (6):
Jugó el último cuarto de hora, con el equipo abajo. Eso le alcanzó para ser
quien más rematara al arco en el equipo de azul, lo hizo tres veces y una
estuvo cerca de ser gol. Además, distribuyó la pelota a las bandas que era lo
que el equipo necesitaba.
CC y Tito: el planteo del DT y su ayudante fue
casi perfecto. Cada jugador donde más puede rendir, haciendo hincapié en la
colaboración en defensa y el juego rápido en ataque. Le faltó un banco de
suplentes más nutrido para poder mantener el rendimiento.
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